Desde hace más de un año he formado parte, aunque quisiera que fuera de manera más activa, de Autores de Éxito – ADE, un interesante proceso de formación de escritores bajo la mentoria Alexandra Castrillón. Y este ha sido un espacio que me ha permitido, no solamente fortalecer mis competencias escriturales, sino también conocer las experiencias de otros y otras autoras que, como yo, han venido escribiendo. Y en este proceso, pienso que es fundamental el apoyo mutuo entre quienes nos dedicamos a desarrollar, algunos con más éxito que otros, este arte tan especial. Por tal razón he adquirido algunos de los libros.
Poco a poco he venido leyendo, a medida que mi trabajo como maestro lo ha permitido, además de la propia vida que va marcando circunstancias particulares, algunos de los libros que los compañeros de ADE han podido dar a la luz. En el caso de Ana Cadavid, una competente maestra, con quien comparto una categoría que demanda gran esfuerzo, ser maestro-escritor, publico el año anterior «Casa Grande». Y bien vale la pena resaltar de entrada sus habilidades de narradora.
En su dedicatoria de decía algo que se ha validado en la experiencia de la lectura «…mi casa grande te llene de magia y realidad el corazón». De entrada, la historia me hizo recordar tantas historias que se han referenciado en nuestro país a lo largo de su historia, algunos bien contadas y otras no tanto. La historia me invito a pensar en la historia de mi propia familia, en sus sueños, en sus delirios, en sus personajes que han hecho y hacen parte de ella, así como en los silencios que se resisten a desvelarse. Una historia que sin duda está por contarse y que se resiste a salir de mis marcos mentales.
Con relación al libro, «Casa Grande» es una historia tejida de realismo mágico además de tener un tono y ritmo atrayente. Es una historia donde los límites entre la realidad y lo mágico se fragmentan y entre cruzan en ese largo periodo entre la vida y la muerte de sus personajes. A su vez sus personajes tienen su propio carácter evitando caer en lugares comunes. Como un agregado, diría que es valioso resaltar el papel de la mujer lo que hace reflexionar que es una dimensión en la cual todavía hay muchas cosas para contar en nuestro país.
Seguir la historia desde Salomón y Eva del Socorro hasta Ana, Felipe y Patricia es desvelar el mito hasta entrar en una realidad aparentemente racional, pero a su vez llena de magia y realidad. Y es en últimas, un relato que hace que el corazón lata y vibre a medida que las palabras van adquiriendo su propia voz donde la vida se teje ante sí misma.
Pereira, Colombia, 2 de mayo de 2025.